Entrevista a Fernando Espada Director General de nuestro socio Tata Steel Layde

Desde la Cámara de Comercio de Bilbao, le ha realizado una entrevista con el motivo de que lleva años confiando en las sesiones de Coaching Ejecutivo y Empresarial para reforzar el funcionamiento entre personas de su organización, una actividad por la que han pasado varios de sus trabajadores y que les ha dado buenos resultados.

Fernando Espada lleva tres lustros como Director General de Tata Steel Layde, una empresa del sector del procesado de bobinas de acero que se dedica a decapar y cortar bobinas. Suministran rollos de acero a clientes para estampación, perfilado, fabricación de tubos, etc. Desde su llegada a la empresa en 2009 identificó áreas de mejora que han podido ir cambiando. Una forma nueva de trabajar y de relacionarse que tiene en estas sesiones su respuesta. Nos cuenta cómo fueron aquellas sesiones y qué beneficios han encontrado para su empresa.

¿Cómo conociste y qué te llamó la atención del programa de coaching?

El programa de Coaching Ejecutivo y Empresarial lo conocí por terceros que ya habían participado. Lo que me llamó la atención fue la óptica que le dedicaban y cómo lo planteaban, lo que decían. Me gustó del programa que quienes lo llevaban sabían hacerte las preguntas pertinentes y ponerte en la tesitura de que no te quedara más remedio que buscar las respuestas a tu comportamiento y a tu manera de actuar en función de tu propia historia.

¿Qué aprendizaje sacaste de aquel programa?

Por ejemplo, cuando tú das instrucciones a alguien en tu equipo, y no las cumplen, puedes pensar que esta persona puede no valer para el trabajo y que no entiende lo que le pides. Lo que nos dijeron es que para poder dar instrucciones a alguien lo primero que tienes que hacer es conocer bien a esa persona, y cuando la conozcas y sepas cómo esa persona piensa, entonces vas a ser capaz de hablarle en su idioma, y de una manera en la que te pueda entender lo que le estás pidiendo. La clave es asegurarte de que la persona te ha entendido, que lo que te dice que le has pedido es lo mismo que tú le estás solicitando, que habéis llegado a un acuerdo sobre las fechas de cumplimiento, de qué manera se va a aprobar su trabajo… Y, para que tú conozcas a alguien, lo primero que tienes que hacer es conocerte a ti mismo.

¿Qué necesidades encontraste en tu empresa para recurrir al coaching?

Cuando entré a esta empresa incorporé a gente que era muy buena técnicamente, que yo sabía que pensaban de la misma manera que yo en cuanto a cómo conseguir hacer rentable el negocio y cómo tratar con las personas. Pero claro, les faltaba el aspecto de cómo trabajar en el día a día con los individuos. Entonces decidí enviar a los tres principales responsables a participar en este programa.

Después lo hice yo. No lo hice a la vez que ellos porque la parte del “conócete a ti mismo” es muy introspectiva. Entonces, con el fin de que ellos se pudieran sentir tranquilos, no quise yo estar presente.

Y como la experiencia funcionó bastante bien, no solamente mandé esos tres, seguí enviando a otros compañeros y compañeras para que potenciaran su crecimiento profesional y empresarial con este programa.

Entendemos que los resultados han sido positivos para vosotros.

Los resultados dependen de lo que tú quieras sacar a nivel individual. Lo que yo vi es que a dos de los tres que envié en primer lugar les funcionó muy bien. Al tercero le funcionó bien durante un tiempo, luego ya volvió a las andadas, a su manera anterior de trabajar. Para que el coaching funcione tienes que poner de tu parte, tienes que ponerlo en práctica luego. Tú puedes ser muy bueno técnicamente, pero esto no te hace capaz de llevar a las personas. La capacidad técnica la resuelve la gente que está en tu equipo, no quien está al frente del grupo, lo que como director tienes que conseguir es que las personas funcionen bien. En este sentido, para nosotros, los resultados han sido positivos.

¿Os costó mucho aplicar lo aprendido en las sesiones?

Claro que cuesta. Cuando tú vas por una vía muy ejecutiva, de “esto hay que hacerlo y hay que hacerlo para ya”, lo último que haces es ponerte a pensar en cómo se lo tengo que pedir bien a una persona. Esto crea muchas fricciones, puede dar resultados a corto plazo, pero a largo plazo esa persona que tienes en frente se cansa, empieza a tirar la toalla y llega a ser difícil luego recuperarlas. Sin embargo, si inviertes tiempo desde el principio, que es la parte difícil, cuando te das cuenta de que lo que tienes que hacer es escuchar a la persona, hacerle las preguntas correctas y demás, entonces es cuando empiezas a trabajar más en equipo.

Dificultades todas, porque, como se suele decir, la cabra tira al monte. Lo que te está diciendo esta metodología es: “para un poco, escucha bien a tu equipo, trabaja con él”. Llegará un momento en el que no te va a hacer falta todo el proceso porque ya habrás creado el clima de confianza, y ya sabrás cómo actuar de forma natural. Ahora, aunque te sepas la teoría, lo difícil es ponerlo en práctica. Ellos te dan las herramientas, luego lo tienes que poner tú en marcha, y esa es la parte más difícil.

¿Qué aspecto destacarías de estas sesiones de coaching?

Principalmente que la gente que las lleva tienen muchas horas de vuelo ya. Es gente que no se ha metido en el coaching porque parece una cosa pintona, no, estamos hablando de gente que lleva lustros trabajando en esto.

Yo he tenido la oportunidad de trabajar en una multinacional, y siempre te vienen con los puntos de mejora, dónde tienes que mejorar tú. Yo estoy bastante en contra de esto. Si tú tienes a De Marcos siempre jugando por la banda derecha porque es bueno por la banda derecha, no vas a ponerlo a reforzar de delantero centro, porque no es su sitio. Lo que tienes que hacer es fortalecer a la gente donde es buena, no que sean en un equilibrio buenos todos. Y todo esto lo tienes que hacer sabiendo cómo tratar al equipo. Ellos te dan esta orientación, es decir, reforzar a la persona como es, que se conozca a sí misma y que muestre un gran respeto por el resto de las personas.